Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), alrededor del 15 por ciento de los trabajadores en los Estados Unidos luchan contra el dolor crónico. Gran parte de estos trabajadores han sufrido lesiones como fracturas, esguinces y lesiones por esfuerzo. El manejo del dolor es importante para ayudar a los trabajadores a mantener la calidad de vida y poder mantener a sus familias. A la luz de las estadísticas, tal vez no sea sorprendente que muchos se pregunten si la compensación de los trabajadores está contribuyendo a la crisis de los opioides. Los analgésicos opioides (analgésicos) están disponibles a través de la mayoría de los programas de compensación para trabajadores. Son necesarios para el alivio, pero tienen el potencial de dependencia y adicción si se toman durante un largo período de tiempo. Trabajadores lesionados y opioides El Consejo Nacional de Seguro de Compensación (NCCI) informó en 2016 que los trabajadores que recibieron una receta de opioides recibieron tres: veces las recetas como la tasa de prescripción de EE. UU. De hecho, los CDC informan que el 37 por ciento de las muertes por sobredosis de opioides se produjeron entre personas que tenían una receta para el medicamento. En 2016, los CDC informaron que el 44 por ciento de todas las reclamaciones de compensación de trabajadores en 40 estados incluyeron al menos una receta de opioides. Alrededor del 15 por ciento de esas reclamaciones incluyeron una lesión que ocurrió seis años o más antes del momento del estudio. El treinta por ciento incluyó una lesión que fue de 2 a 5 años antes. Los opioides son una forma útil y efectiva de controlar el dolor crónico y ayudar a los trabajadores a continuar su ocupación. Desafortunadamente, cuando se administran mal, los opioides tienen un impacto devastador en el trabajador, el lugar de trabajo y los seres queridos del trabajador. Afortunadamente, se han implementado avances y programas federales para reducir la prescripción excesiva de opioides. Los últimos datos muestran una disminución del 34% en el uso general de opioides, una disminución del 25% en las nuevas recetas de opioides, una disminución del 54% en las nuevas recetas de opioides que duran más de 30 días, una disminución del 71% en los demandantes con una dosis equivalente de morfina (MED) de 500 o más, y una caída del 43% en usuarios con un MED de 90 o más.